¿Por qué?"" Lo estamos advirtiendo hace tiempo. El sector tiene unos problemas estructurales a los que no se les pone remedio alguno. Es un gigante con pies de barro. Ya estamos apreciando cómo el
incremento incesante de los precios de los carburantes y la imposibilidad material de repercutir el incremento de costes en los precios del transporte, están actuando como el agua golpeando
en los pies de este coloso.
El horizonte de una crisis económica que no tiene visos de durar poco, las restricciones del crédito,el incremento de los tipos de interés y las circunstancias concretas que afectan a este sector, como la nueva normativa en materia social, la desorbitada cuantía del baremo sancionador o las restricciones a la circulación, no son indicadores que induzcan al optimismo.
Lo veíamos venir, pero estas circunstancias lo han precipitado. Los efectos que se esperan serán
tan devastadores como un tsunami.
En medio de este naufragio, los más débiles sucumbirán; algunos de los que saben nadar, se
verán arrastrados al fondo por aquéllos que están peor preparados; otros, por agotamiento, no
serán capaces de llegar a la orilla y sólo algunos, con más suerte, lograrán salvarse, pero quedarán tan maltrechos que requerirán de tiempo y sacrificio para poder recuperarse.
Es tremendo que tengamos que ver las cosas así, pero no ha existido, ni se espera, una política
de transportes adecuada que pueda permitir al sector realizar esos cambios tan necesarios para
eliminar los problemas estructurales que padece, que auque reiterativo para el sacrificado seguidor de esta sección, no quiero dejar de citar: la inmensa atomización y el déficit de formación a todos los niveles, causas de la feroz competencia existente, y la reducida dimensión de las empresas, que impide a éstas ser más competitivas y ofrecer otros servicios que aporten valor añadido al propio transporte.
Recordemos que éste es un sector regulado al que se le imponen cada vez mayores cortapisas
en su desarrollo. En estas condiciones, no es admisible que se le deje al albur de los avatares del
mercado sin darle oportunidades de adaptarse.
También es un sector esencial para la economía, por lo que debería merecer una especial atención por lo poderes públicos. Es preciso caminar hacia una reconversión pactada y no traumática como la que parece avecinarse.
Pero no. No esperen ustedes milagros. No esperen que nadie nos ayude. Nadie aparecerá con
un barco de salvamento a pesar de nuestras continuas advertencias y llamadas de auxilio.
¿Catastrofismo? Ojalá me equivoque. Sólo un cambio radical e inmediato de mentalidad en el
sector puede hacer que muchos se salven.
De momento, perder el miedo, saber decir no y cobrar lo que cuestan los servicios es, aunque
difícil, la única solución.""
Fuente: Revista EN RUTA...
Creo que en las líneas anteriores queda muy bien transmitido el problema que estamos padeciendo... Lo mismo falta trabajo que sobra, aunque casi siemre en unas condiciones muy precarias... ¿Por qué no abriríamos una farmacia o un estanco?... Envidia sana...
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